La sensacion de los pulmones llenandose de agua y como a poco se iba perdiendo la consciencia provocó que nuestros heroes despertaran de su sueño y volviesen a la realidad. Un sueño muy extraño y muy real, pensaron, aún notaban las magulladoras de los golpes y sus pulmones les seguía doliendo…»No, solo ha sido una pesadilla»…y con esa idea se acomodaron en sus literas los 4 marineros de nuevo para volver a reconciliar el sueño…»solo ha sido una pesadi…» y con esa idea los 4 miembros de la tripulación de uno de los barcos de guerra de Salmanasar volvieron a dormirse, descansando su mente y cuerpo para las batallas que se aproximaban en el Océano de Meridion.

Semanas antes Salmanasar había llamado a las armas a su gran flota para combatir a una flota de centenares de barcos enemigos que se dirigían por mar a invadir La Marca del Este. La moral de las tripulaciones estaban por las nubes y estaban deseosos de entrar en combate y eliminar a los enemigos que se atrevían a amenazar a la poderosa ciudad de Salmanasar y a sus aliados.

Todo empezó muy deprisa. La calma que reinaba entre las dos flotas fué interrumpida por los primeros cañonazos que marcarían el inicio de una batalla naval despiadada y cruenta. Las galeras crujían con el chocar de sus cascos y los gritos de los tripulantes ensordecían por un momento a los cañones en el momento de los abordajes. Oleadas de orcos, goblins y otras criaturas demoniacas saltaban de un barco a otro para acabar con los marineros de Salmanasar. En un instante, en las cubiertas de los barcos, solo se podía escuchar el sonido del acero chocar. La violenta batalla había empezado y el destino de La Marca del Este lo decidirían los vencedores.

En medio del fragor de la batalla, hubo una gran explosión en una de las carabelas aliadas y luego silencio…

Con un gran dolor de cabeza nuestros 4 aventureros: Ulfgar Flinthammer (enano), Alfred Hard (guerrero), Adolf Hiler (clérigo) y Mark Eslendez (ladrón), recuperaron la consciencia en medio de lo que había sido el escenario de un combate en los niveles inferiores del navío en el que se encontraban. Algo había provocado una gran explosión en la embarcacion, dejándoles aturdidos.

Una vez recuperada la compostura, tocaba hacer inventario ya que no sabían cuanto tiempo llevaban inconscientes: pudieron observar que la explosión había afectado al casco por el agua que se estaba filtrando e inundando la estancia. Varios cadaveres flotaban entre trozos de maderas, herramientas y suministros varios: marineros humanos, orcos, goblins…la explosión había afectado a todos por igual, tenían suerte de seguir con vida. Posiblemente una de esas asquerosas criaturas habría localizado el depósito de Polvo Explosivo y sin querer habría provocado unos buenos fuegos artificiales. La bodega se estaba inundando y no había tiempo a pensar en conjeturas, el barco se estaba undiendo.

Los 4 supervivientes se las arreglaron para realizar unas reparaciones rápidas tapando toda entrada de agua y se prepararon para subir a los niveles superiores del barco. Como era de suponer, el barco había sido capturado por los enemigos, por lo tanto no había otra que avanzar y recuperar el control del navío a la fuerza.

En su ascenso hasta la cubierta, fueron eliminado a los grupos de goblins que estaban más ocupados en el saqueo que en asegurarse si había alguien más con vida en la bodega después de la explosión. En la zona de camarotes contactaron con Brune, un anciano clérigo que se había refugiado en su habitación y les ayudó a subir a la cubierta inferior por una pequeña trampilla que solo conocía él.

Después de tomar el control de la cubierta inferior, era el momento de eliminar a los orcos que quedaban en cubierta y recuperar el control de la embarcación. No fué una tarea sencilla pero gracias a la fuerza bruta del enano y del guerrero, junto con la astucia del ladrón y los conjuros del clérigo, se deshicieron de los orcos, no sin daños colaterales como la vela de uno de los mástiles había sido quemada por un orco antes de huir en una pequeña embarcación con todo lo que había saqueado.

Llevaban días a la deriva, sin rumbo aparente a la espera algún aliado les encontrase. De repente, unos tentáculos gigantescos empiezan abrazar el casco del barco y la cabeza de un monstruo de leyenda surge del interior del mar dispuesto a destruir la embarcacion. Un kraken! nunca antes habían visto uno. Un monstruo legendario de las historias de marineros que se cuentan en los bares.

Era hora de volver a demostrar a los dioses de que estaban echos nuestros 4 aventureros. Lucharon como verdaderos titanes impidiendo a los tentáculos sugetar la galera para partirla en dos. Con gran habilidad dañaron los ojos del kraken, cegándolo para la eternidad y antes de que este se retirase malherido, consiguieron cortarle dos tentáculos la vil criatura.

La batalla fué intensa, pero al alzar la vista para celebrar su victoria, se percataron que los daños que había efectuado el kraken eran más serio de lo esperado: velas rasgadas, uno de los mástiles había sido partido sin posibilidad de reparación y el timón se había roto. Posiblemente habían sobrevivido al kraken, pero ¿sobrevivirían al Océano de Meridion?