Sesión 3 – La huida
Cerrando temas pendientes del año pasado.
El narrador.
La huida a través del pozo no fué sencilla para nuestros aventureros y el resto de supervivientes del poblado. Las cuevas naturales que se encontraban debajo del pueblo por donde pasaba un río subterraneo que abastecía el pozo del pueblo, hacía mucho que se abandonaron, permitiendo que se instalaran criaturas hostiles en los rincones más oscuros, y si se le suma el cerco en el que se encontraban por parte de los soldados desertores, la huida no sería sencilla.
Tras ser socorridos por un miembro de la resistencia en el manantial donde reposaba el agua, empezó el juego del escondite con las patrullas enemigas que los perseguían por las grutas cavernosas.
Gracias a la astucia i al sigilo, pudieron evadir perfectamente a las patrullas, las cuales acabaron pereciendo contra los nuevos habitantes de esas cuevas, unas arañas asquerosas que hacechaban desde la oscuridad.
Una vez eliminadas el peligro de las arañas y después de un descanso merecido en lo que era la guarida de un ladrón, prosiguieron avanzando por las grutas, arrastrandose por los túneles hasta llegar al nido de las arañas.
En el nido aprovechando su posición, nuestros aventureros consiguieron abatir a la araña madre, una araña gigante emergida del inframundo y la cual había decidido instalarse en ese rincón del mundo. Con la amenaza de las arañas eliminada, pudieron encontrar al alcalde, el cual seguía vivo dentro de un capullo y que iba a ser la próxima cena de las arañas.
Por desgracia para el alcalde, los pueblerinos no le perdonaron su traición y en un acto de venganza, le degollaron allí mismo, dejando el cadaver a su suerte. Entre las pertenencias del cuerpo inherte pudieron recuperar los tesoros obtenidos en la Torre del Mago. Era el momento para salir de allí. Con las fuerzas de los rebeldes mermadas por las antiguas trampas que aun habían en la cueva y gracias a las arañas que se encargaron de hacer el trabajo sucio de limpiar el camino, el grupo consiguió llegar a una de las salidas que no estaban bloqueadas por antiguos derrumbes.
Aunque la luz del Sol ya se veía y el aire puro empezaba a llegar a los pulmones cansados, nuestros aventureros tuvieron que hacer frente a una última batalla antes de poder huir campo a través.
Cogiendo por sorpresa al grupo de soldados que vigilaban la entrada, el combate fué rápido y sangriento. No hubo compasión para los soldados.
Una vez en el exterior, dirigidos por el miembro de la resistencia, empezarón el viaje hacía su primer destino, una posada a unas horas del poblado, y con un poco de suerte podrían descansar allí antes de emprender el viaje a la fortaleza de los rebeldes.
Cuando llegaron a la posada, no tuvieron tiempo a nada porque a la hora de estar cenando, a lo lejos se divisó una compañia de soldados enemigos y tuvieron que alegarse y esconderse por el campo quedando así dispersos a la espera que se marcharan los enemigos. No tuvieron que esperar mucho, ya que estos incendiaron la posada y mataron todos aquellos viajeros inocentes que habían decidido hacer noche en esa posada.
Poco pudieron recuperar de entre los restos del edificio quemado. Y les tocó hacer noche a la intemperie y prepararse par aun viaje de dos días con las pocos recursos que tenían.
El viaje al ser campo a través y guiados por el rebelde, fué muy tranquilo. Llegando a la fortaleza sanos y salvos.